Reducir los residuos sanitarios no es únicamente en beneficio del medio ambiente, sino que además es un problema esencialmente biológico, en el que debemos eliminar el riesgo de contagio.

Para eliminar este riesgo, los residuos son incinerados, lo provoca que el problema deje de ser biológico para constituirse en un conjunto de graves problemas químicos:
- Generación de gases ácidos (por presencia de plásticos orgánicos clorados)
- Liberación de metales tóxicos (por los pigmentos y sustancias que se le agregan a los productos de papel y plástico, y de otros materiales mezclados como baterías y termómetros desechados).
- Se producen emisiones de dioxinas y furanos (por el cloro presente en los desechos).
En 1994, la Agencia de Protección Ambiental (US EPA) reconoció que los incineradores de residuos hospitalarios son responsables del 40% de la contaminación atmosférica por dioxinas en EEUU.
El convenio de Estocolmo, firmado por más de 150 países, insta a seguir las mejores prácticas ambientales y las mejores técnicas disponibles para reducir la cantidad de dioxinas generadas por la incineración.
Tipos de residuos actuales en España son:
Tipo I Asimilables a residuos municipales (cartón, papel, cocina ...)
Tipo II Residuos no específicos sin medidas preventivas al manipulado (curas, gasas, textil, material desechable ...)
Tipo III Residuos específicos que necesitan medidas preventivas
el manipulado (residuos infecciosos, anatómicos, agujas, material
pinchando ...)
Tipo IV Residuos tipificados en normativas (citostáticos medicamentos, químicos ...)
Un hospital de 25.000 altas genera aproximadamente 3.000 kg / día de residuos.
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